Amaneció el gran día.
Un poco nerviosas, un mucho ilusionadas. No sabíamos cómo reaccionaría la gente. Tal vez viniera alguien, quizá sólo nosotras.
Frank entraba y salía de la sala de sonido (creo que se llama así), buscando el equilibrio de la proyección. Las chicas iban llegando, se saludaban sonrientes y comentaban las ilusiones puestas en el trabajo.
Una persona, otra, cada vez había más gente. Y se llenó el salón de actos.
Mila, después de los agradecimientos y los saludos habituales, pidió a Avelina, la promotora espiritual del proyecto, que subiera al escenario. Ella leyó sus sentimientos emocionada, evitando, no sin trabajo, que las lágrimas salieran. Luego habló Frank, el productor, conciso y claro.
Después de disfrutar de una proyección hermosa, ya se nos fueron los nervios, saboreamos el momento y dejamos que las emociones saliesen.
Fue una gran tarde. A la mayoría de la gente le gustó, a algunas personas quizá no tanto, pero nuestro trabajo vio la luz.
Gracias a todas las personas que nos acompañásteis, gracias a Raquel, Cristina, Juan Carlos, amigas, amigos, familias. Gracias por creer en nosotras.
Que disfrutéis de Creare.
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